
El cuidado de nuestras familias y seres queridos siempre se ha asociado con la cercanía y el contacto físico: sabemos contener con abrazos, apretones de mano, golpes en el hombro y en la espalda, caricias y besos que consuelan el temor y el dolor, las angustias y las vergüenzas, la fragilidad, las pérdidas y la enfermedad. La madre que toma en sus brazos a su bebé para quererlo, acunarlo y protegerlo es una imagen que representa todo el amor y cuidado que podemos dar y que queremos recibir. Sin embargo, en estos momentos tenemos que enfrentarnos a una situación nueva que contraviene todos nuestros registros: distanciarnos, aislarnos, no tocar, dejar solos, no estar ahí para alimentar, para limpiar, para acoger o para cuidar. Todo aquello que hacemos como expresión de rabia, rechazo y violencia, cosas como aislar al otro, no visitarlo, dejarlo solo en sus momentos de dolor, etc.; nos están siendo exigidas como forma de protección y de responsabilidad social. ¿Cómo mantener el contacto en el aislamiento? ¿Cómo acompañar sin estar?
Y a su vez, como sociedad de analistas nos hemos visto cuestionados en nuestro quehacer, cuestionados en nuestra clínica que funciona casi siempre con la presencia física. Nos preguntamos cómo estar con nuestros pacientes y cómo colaborar a nivel de nuestra sociedad, manteniendo la tranquilidad para trabajar y escuchar. Es que éste es también un momento que nos pone en una dificultad de articular, de poner palabras a algo que no entendemos plenamente y que sólo podremos ir elaborando paso a paso.
Por aquí pensamos que va nuestra tarea. Colaborar en nombrar, en responder y en acompañar las cuestiones que no están tan relacionadas con las indicaciones de limpieza y ataque directo al virus, sino que con aquello que impacta la subjetividad, los temores y preguntas que surgen desde el aislamiento, la cuarentena y la distancia. Queremos ofrecer una escucha para eso que parece estar ausente en las noticias, en las imágenes de redes sociales, etc. No sólo queremos aplaudir y felicitar a los que se exponen por nuestra salud, sino que también apoyarlos y escucharlos a ellos, a nuestros pacientes, a nosotros y a nuestros pacientes, en lo que les implica todo esto de manera más global y humana, ahora y en los meses por venir.
Saludamos a todos Uds.
Gonzalo López Musa
Presidente Sociedad Chilena de Psicoanálisis
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