viernes, 13 de marzo de 2015

La Papisa


 

La Papisa es el arcano número dos y este número ya es un índice de los valores que representa. De forma contorneada y posada como un pato en el agua se desplaza lentamente por el lago. Según esta figura, el agua representa al inconsciente en el cual navega la Papisa. Se trata de la diosa que contempla de forma pasiva el paisaje y conoce cada uno de los secretos de la Naturaleza.

La Papisa representa los valores femeninos como la paciencia, la tranquilidad y la sabiduría. Si el Mago representaba a la verticalidad y a los aspectos masculinos de la divinidad, La Papisa o Gran Sacerdotisa representa al principio YIN de lo divino. Su poder es frío, oscuro y fluido, como la luna y su gobierno es basado en la lenta persistencia y la contemplación. Se trata de un arcano que representa los valores de oriente en su máxima expresión.

Antiguamente la mujer era poseedora del misterio de la vida puesto que tenía la virtud de engendrar. La relación sexual no se consideraba como la causante del embarazo en la mujer. El nacimiento de un bebé era un milagro del cual el cuerpo femenino era el vehículo. Hasta el día de hoy se dice a las mujeres que están en cinta: “bendita seas”.

Para un mayor entendimiento de los atributos de la diosa recomiendo el libro EL CALIZ Y LA ESPADA de Riane Eisler.
 
 

Finalmente quiero reproducir parte de un diálogo imaginario que sostiene Sallie Nichols (en el libro Jung y el tarot) con La Papisa:

“Señora Papisa, muchas mujeres hoy en día sienten que usted debería ser el número Uno del tarot, ¿está usted de acuerdo con ellas?

-          ¡No, gracias! –replicó-. Durante siglos, el número Uno ha pertenecido al Mago, le va perfectamente bien, ¿no crees? El número uno es delgado y ágil como su varita mágica y eso es ideal para el tipo de magia que él debe hacer. No serviría para acarrear un bebé ni para cocinar una buena sopa, ni tampoco para urdir una intriga. No, para mi magia, este número regordete del dos es justo lo que necesito y estoy muy contenta con él. (…)

Sí, pero aún hay un par de cosas que me preocupan: se dice que Eva fue creada como algo posterior, como si el Creador la hubiera hecho de segunda intención y para ello utilizó una costilla de Adán. ¿Es eso cierto?

-          Tonterías. La costilla de Adán fue hecha incluso antes que él, pero él no se dio cuenta de que ella estaba allí hasta más tarde, eso es todo. (…) Está claro que Eva no es la costilla de nadie. Es una diosa y, como hacen todos esos inmortales dioses, nació crecida, un nacimiento milagroso; detrás de ella surge su gloriosa serpiente. ¿No las encuentras bellas a las dos? -Pero Adán duerme, no sabe que ella existe. Hoy empieza apenas a despertar a la realidad, pero aun sabe poco acerca de ella. Realmente, incluso Eva sabe poco acerca de sí misma, está poco convencida de su realidad.” (p. 122-123-124)     
 
 
 
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