El Mago junto al Loco representan
distintos aspectos del arquetipo del Tramposo. Nos embauca con sus trucos y nos
hace dudar de la realidad de las cosas. A diferencia del Loco, tiene un lugar
establecido y necesita del público para hacer sus trucos. El Mago representa el
aspecto profesional del tramposo. Es su trabajo, con eso se gana la vida y los
aplausos del auditorio.
La imagen lo muestra frente a una
mesa y con distintos elementos. Está en su taller tramando cómo sorprender de
forma noble al espectador. Si el Loco era solitario y errante, el Mago necesita
de la cooperación para que sus trucos resulten. El Loco es el número cero y el
Mago el uno. Son dos números que representan aspectos totalmente distintos y he
ahí sus exponentes: El Loco un amateur del engaño y el Mago un profesional del
truco y la entretención.
El Mago tiene en su mano una
varita y en la otra una moneda de oro. La varita mágica es el instrumento con
el cual somete a la naturaleza y engaña a los sentidos. La moneda de oro por su
parte, se esfumará de la mano y aparecerá tras la oreja de un curioso. La
habilidad con las manos es el arte del Mago, más rápido que nuestros sentidos
nos sorprende una y otra vez.
El Mago además es el articulador
de lo que se conoce como “sincronicidad”. Jung crea este concepto para explicar
la coincidencia entre un fenómeno psicológico y un hecho físico. Existe un
paralelismo entre lo físico y lo mental que en situaciones específicas nos
desconcierta. Es un tipo de conexión que se da entre fenómenos que no tienen
ninguna relación de tiempo y espacio. Soñamos algo y al día siguiente se cumple
o pensamos en algo y abrimos el libro justo en la página donde aparece lo que
habíamos pensado. Son irrupciones del Arquetipo en la realidad cotidiana de las
personas. Detrás de estos fenómenos está el Mago y este es su
espectáculo.-
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