jueves, 25 de abril de 2013

Jung se defiende...

 
 
 
Las críticas por su cercanía con el partido nacional socialista siguieron siempre a Carl Jung. Sin duda que esto fue una mancha para su brillante carrera. En algunas oportunidades presentó sus descargos en relación con el tema. La siguiente carta de 1934 es un ejemplo de aquello:
 
Ya Freud me acusó de antisemita porque me sentía incapaz de experimentar su materialismo sin alma. Con esta propensión a husmear por doquier el antisemitismo, los judíos terminan suscitando el antisemitismo. No comprendo por qué el judío no puede admitir, tanto como el pretendido cristiano, que cuando se tiene una opinión sobre él no se le está criticando. ¿Por qué hay que suponer siempre inmediatamente que se quiere condenar al pueblo judío en su conjunto? [...] Considero que es una manera inadmisible de cerrar el pico al adversario. Me he entendido muy bien con mis pacientes y colegas judíos en la mayoría de los casos [...] Más de una vez por haber criticado a un alemán éste me ha reprochado odiar a los alemanes. Es demasiado fácil querer disimular la propia inferioridad tras un prejuicio político [...] Usted debería conocerme lo suficiente como para creerme [...] capaz de una tontería tan poco individual como el antisemitismo. Sabe de sobra que considero al hombre en tanto persona y cuánto me esfuerzo siempre en arrancarle de sus determinantes colectivos para hacer de él un individuo [...] El nacionalismo, por antipático que sea, es una 'conditio sine qua non': simplemente el individuo no debe hundirse en él [...] La próxima calumnia a inventar será que sufro de una total ausencia de convicción porque no soy ni antisemita ni nazi. Vivimos unos tiempos desbordantes de locura.
Carta de Jung a J. Kirsch, 25 de diciembre de 1934.
 
 



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