miércoles, 31 de julio de 2013

vae victis

 
 
 
En el libro EL HOMBRE EN BUSCA DE SENTIDO que relata la experiencia íntima de Viktor Frankl en Auschwitz, se describe el siguiente episodio:
 
Una sesión de espiritismo
 
De vez en cuando se suscitaba una discusión científica y en una ocasión presencié algo que jamás había visto durante mi vida normal, aún cuando, tangencialmente, se relacionaba con mis intereses científicos: una sesión de espiritismo. Me invitó el médico jefe del campo (prisionero también), quien sabía que yo era psiquiatra. La reunión tuvo lugar en su pequeño despacho de la enfermería. se había formado un pequeño círculo de personas, entre los que se encontraba, de modo totalmente antirreglamentario, el oficial de seguridad del equipo sanitario. Un prisionero extranjero comenzó a invocar a los espíritus con una especie de oración. El administrativo del campo estaba sentado ante una hoja de papel en blanco, sin ninguna intención consciente de escribir.
 
Durante los diez minutos siguientes (transcurridos los cuales la sesión concluyó ante el fracaso del médium en conjurar a los espíritus para que se mostraran), su lápiz trazó -despacio- unas cuantas líneas en el papel, hasta que fue apareciendo de forma bastante legible, "vae v.". Me aseguraron que el administrativo no sabía latín y que nunca antes había oído las palabras "vae victis, ¡ay los vencidos!". Mi opinión personal es que seguramente las habría oído alguna vez, aunque sin llegar a captarlas de forma consciente, y quedaron almacenadas en su interior para que el "espíritu" (el espíritu de su subconsciente) las recogiera unos meses antes de nuestra liberación y del final de la guerra.   
 
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