domingo, 17 de marzo de 2013

Finnegans Wake

 
James Joyce junto a su hija Lucia
 
 
En esta entrada voy a decir algunas cosas de un libro que no he leído. Con posterioridad a la publicación de Ulises, James Joyce escribió otro libro: Finnegans Wake (1939). Si pensaban que Ulises marcaba el límite de lo posible en lo que a escritura se refiere, estaban totalmente equivocados. Se podía ir más lejos y esto queda demostrado con esta novela cómica aparecida en vísperas de la Segunda >Guerra Mundial.

Si Ulises era una “novela-lagarto” como decíamos en la otra entrada, Finnegans Wake es una “novela-cocodrilo”. Todavía más compleja y escrita “a dos manos” entre Joyce y su hija Lucía. Se dice que ella fue la musa inspiradora de esta novela, escrita al ritmo de sus pasos en la pista de baile. Joyce escribía mientras miraba atentamente danzar a su hija. Lucía tuvo una vida intensa desde pequeña; hija de Joyce y de Nora, rebelde, irreverente, bailarina extraordinaria y profundamente enamorada del secretario de su padre: el después famoso escritor Samuel Beckett.

A la edad de 27 años, Lucia fue paciente de Carl Jung. Se dice que luego de la consulta, Joyce la preguntó a Jung lo siguiente:
 
"¿Notó Doctor Jung cómo mi hija parece estar sumergida en las mismas aguas turbulentas que yo?" Frente a lo cual, Jung respondió:
 
 “Sí, pero donde usted nada, ella se ahoga”. Posteriormente, Lucia fue diagnosticada como esquizofrénica en la clínica psiquiátrica Burghölzli de Zurich.  

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