James Joyce junto a su hija Lucia
En esta entrada voy a decir
algunas cosas de un libro que no he leído. Con posterioridad a la publicación
de Ulises, James Joyce escribió otro libro: Finnegans Wake (1939). Si pensaban
que Ulises marcaba el límite de lo posible en lo que a escritura se refiere,
estaban totalmente equivocados. Se podía ir más lejos y esto queda demostrado
con esta novela cómica aparecida en vísperas de la Segunda >Guerra Mundial.
Si Ulises era una
“novela-lagarto” como decíamos en la otra entrada, Finnegans Wake es una
“novela-cocodrilo”. Todavía más compleja y escrita “a dos manos” entre Joyce y
su hija Lucía. Se dice que ella fue la musa inspiradora de esta novela, escrita
al ritmo de sus pasos en la pista de baile. Joyce escribía mientras miraba
atentamente danzar a su hija. Lucía tuvo una vida intensa desde pequeña; hija
de Joyce y de Nora, rebelde, irreverente, bailarina extraordinaria y
profundamente enamorada del secretario de su padre: el después famoso escritor
Samuel Beckett.
A la edad de 27 años, Lucia fue
paciente de Carl Jung. Se dice que luego de la consulta, Joyce la preguntó a
Jung lo siguiente:
"¿Notó Doctor Jung cómo mi hija parece estar sumergida en las
mismas aguas turbulentas que yo?" Frente a lo cual, Jung respondió:
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