Bajo un título sugerente y que expresa el estado de ánimo de los chilenos, Marco Antonio de la Parra publica este monólogo de un indignado. Escrito como aforismos es una radiografía muy exacta de la mentalidad del chileno y un diagnóstico preciso de la situación del país.
De la Parra sienta en el diván al paciente Chile (largo y angosto) y pasa revista a la situación política y social por la que atraviesa el país y que no es positiva en lo absoluto. Se trata de un paciente que no confía en nadie, que se da vuelta cuando percibe a alguien detrás y que le transpiran las manos por la ansiedad.
Conoció la abundancia en los años 90, esto lo hizo más soberbio y exitista que los otros países de Sudamérica al punto de definirse como jaguar. De la Parra ironiza con estas cuestiones pero también aporta con su mirada. Se pregunta qué nos pasó? Antepusimos el accionar al debate y las ideas. Ya no existe el diálogo sino que prima la frase demagógica: hechos y no palabras. Salimos del registro de lo simbólico y entramos al de lo real, el que no puede ser dicho según Lacan. Lo real es equivalente a lo psicótico y esto no lo dice De la Parra, lo digo yo.
Siguiendo con el libro, se lee rápido porque menciona cosas cotidianas de nuestro país chilito: la crisis de la educación, de la salud, el modelo económico y los gobiernos de Piñera 1 y Bachelet 1 y 2. Es un libro publicado el 2016 y que profetiza el estallido social del 2019 y la situación actual.
El autor responsabiliza al segundo gobierno de M. Bachelet de la situación del país. El gobierno más populista desde el retorno a la democracia (lo dice él) y le asigna el apelativo de Hada Madrina. En el primer gobierno fue la mamá y en el segundo se transforma en un personaje irreal, de cuento de hadas. Promete reformar todo con una barita mágica y sienta las bases de la revolución que se produjo el 2019 y de la cual estamos sufriendo las consecuencias.
El autor, reconocido shackesperiano, toma a algunos de sus personajes entrañables para montar la tragedia en la que nos encontramos: Bachelet Lady Hamlet quiere vengar la muerte de su padre Salvador Allende y pasa a ser Queen Lear porque pasó de la indecisión a la terquedad sórdida de instaurar un régimen socialista.
Se trata de una buena lectura para el verano. Es un ejercicio de sinceramiento por parte de su autor y que sería interesante llevarlo a las tablas.-
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