En el diario LA TERCERA del viernes 21 de junio aparece un interesante artículo sobre el psicoanálisis de niños en Chile. Se entrevista a algunos analistas de la Asociación de Psicoanalítica Chilena (APCH) y la Sociedad Chilena de Psicoanálisis (ICHPA), las dos instituciones formadoras de analistas en el país. Uno de los intervinientes es el psicólogo José Ignacio Schilling a quien conozco personalmente porque fuimos compañeros en la universidad.
El artículo presenta dos casos de niños cuyos padres debieron recurrir a un psicoanálisis y con resultados satisfactorios. Fueron tres sesiones a la semana y durante tres años. Esto parece difícil de conseguir y lo es por cierto, pero es necesario para completar el proceso:
“En Chile no hay mucha cultura de sicoanálisis, entonces la gente piensa que dos o tres sesiones a la semana es una barbaridad de tiempo o que tres años de terapia es otra barbaridad de tiempo”, dice Mónica Bruzzone, sicoanalista de la Asociación Psicoanalítica Chilena (APCH), de dilatada trayectoria y formadora de estos especialistas. “El sicoanálisis debe acoplarse a un niño que está en desarrollo, que es como un piso en movimiento, y hay tiempos síquicos que respetar. Esto no es un arte de magia”.
Se menciona al juego como fundamental para el desarrollo de todo niño. Los niños recrean la realidad y sus conflictos en su juego. Acá el diván y el análisis de los sueños son reemplazados por una caja de juguetes y un marco de acción libre por parte del niño. Cada niño tiene su propia caja de juguetes porque esta representa su psique y el juego propiamente tal es la expresión de su mundo interno.
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