Nuestra cultura descansa totalmente en la coerción de los instintos
freud
A propósito de la entrada
anterior, donde un relajado Freud hacía anotaciones sobre el aspecto físico
versus el carácter de algunos personajes, éste artículo ayuda a clarificar
algunas cosas. Publicado en el mismo año 1908, lleva por título LA MORAL SEXUAL
CULTURAL Y LA NERVIOSIDAD MODERNA. Primero decir que el escrito posee la
estructura y estilos clásicos del creador del psicoanálisis. A partir de un
libro publicado el año anterior titulado Ética Sexual de von Ehrenfels, hace
algunas “aportaciones personales” útiles para el psicoanálisis. Invita al
lector a leer ese libro (bastante desconocido en la actualidad) para una mejor
comprensión del tema y define los conceptos de moral sexual cultural en
contraposición a la moral sexual natural.
La moral sexual natural es el conjunto
de preceptos éticos en pro de la subsistencia y supervivencia de los pueblos; en tanto que la
moral sexual cultural está representada por los intentos de superación y desarrollo
técnico de la sociedad. La Civilización definida como el acervo cultural de los
pueblos, actúa en desmedro de la supervivencia y de los instintos primarios de
los hombres, entre los cuales se encuentra el instinto sexual. El hombre
moderno sacrifica su salud por superarse a sí mismo y por alcanzar un estatus
social y cultural.
Freud ya estaba inserto en un
modelo de economía y estilo de vida marcados por la superación personal.
Incluso su misma persona puede ser considerada un ejemplo de superación
personal más allá de las posibilidades que tenía, si consideramos sus orígenes
humildes y de pueblo. Freud es un perfecto caso de hombre con antecedentes de
pobreza que rompe el círculo y se posesiona como un médico de prestigio.
La pulsión sexual en sus distintos estadios -desde el auto erotismo hasta la genitalidad adulta-, se desvía en su fin primario (la satisfacción) por la irrupción de la cultura. Todo avance técnico y científico de los pueblos, implica la coerción de la pulsión y los instintos básicos. Para ser profesional hay que sublimar los instintos, vale decir, desviar la satisfacción hacia un fin no sexual, como por ejemplo el placer estético o la pasión por la ciencia. Según la moral sexual cultural, el fin único de la pulsión es la reproducción y no la obtención de placer, entonces comienza la búsqueda de substitutos que van quedando como resabios del fin primario de la satisfacción. Tenemos acá el grupo de las perversiones y aberraciones de tipo sexual.
Podemos preguntarnos ¿que sucede con el matrimonio en una moral sexual cultural? Nada. El sacramento que une a un hombre y a una mujer por el resto de sus vidas, es un producto de esta moral. Freud sostiene que sólo durante los primeros años (o meses) del matrimonio, se satisface el deseo sexual. Hace poco fui a ver una obra de teatro, en la cual una pareja madura de casados se lamentan porque las rutinas y protocolos sociales, han apagado la pasión de los inicios. Las fechas importantes y las convenciones sociales terminan con los impulsos de la juventud.
Podemos preguntarnos ¿que sucede con el matrimonio en una moral sexual cultural? Nada. El sacramento que une a un hombre y a una mujer por el resto de sus vidas, es un producto de esta moral. Freud sostiene que sólo durante los primeros años (o meses) del matrimonio, se satisface el deseo sexual. Hace poco fui a ver una obra de teatro, en la cual una pareja madura de casados se lamentan porque las rutinas y protocolos sociales, han apagado la pasión de los inicios. Las fechas importantes y las convenciones sociales terminan con los impulsos de la juventud.
Un aspecto interesante del
artículo, dice relación con que la cultura es más permisiva con los hombres que
con las mujeres, y esto ha dado espacio a la generación de una doble moral en
el caso de los varones. Está la moral que podemos llamar tradicional, con la
cual los hombres casados mantienen un comercio sexual con la esposa y está la
segunda moral, como cualquier perversión o aberración a la moral tendiente a
reducir la sexualidad al aspecto reproductivo y al interior del matrimonio. Un
ejemplo de esta segunda moral es la existencia de una amante o de promiscuidad
sexual entendido como sexo con prostitutas o sexo ocasional.
La perversión del hombre actúa como un positivo, en tanto que la neurosis de su esposa actúa como el negativo. Es común observar a hombres que amparados en la segunda moral, tienen un comportamiento sexual perverso en contraposición a sus esposas, que generalmente son muy nerviosas, hasta el punto de desarrollar síntomas psicosomáticos como colon irritable, malestares estomacales crónicos y dolores de distinto tipo. En suma, es un escrito muy interesante en el cual el creador del psicoanálisis explica los distintos estadios evolutivos de la pulsión sexual y clasifica a los enfermos nerviosos en dos grandes grupos: neurosis y psiconeurosis.-
La perversión del hombre actúa como un positivo, en tanto que la neurosis de su esposa actúa como el negativo. Es común observar a hombres que amparados en la segunda moral, tienen un comportamiento sexual perverso en contraposición a sus esposas, que generalmente son muy nerviosas, hasta el punto de desarrollar síntomas psicosomáticos como colon irritable, malestares estomacales crónicos y dolores de distinto tipo. En suma, es un escrito muy interesante en el cual el creador del psicoanálisis explica los distintos estadios evolutivos de la pulsión sexual y clasifica a los enfermos nerviosos en dos grandes grupos: neurosis y psiconeurosis.-
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