jueves, 9 de julio de 2015

Gradiva. Nota introductoria

Reproduzco la nota introductoria de James Strachey al estudio de Freud  sobre Gradiva:

"De los análisis de obras literarias efectuados por Freud, este fue el primero que se publicó, aparte, desde luego, de sus comentarios sobre Edipo Rey y Hamlet en La interpretación de los sueños (1900). Le había antecedido, no obstante, su breve análisis, enviado a Fliess con la carta del 20 de julio de 1898 (Carta 91), de un cuento de Conrad Ferdinand Meyer, “Die Richterin” (La Juez).

Según nos informa Ernst Jones, fue Jung quien advirtió a Freud sobre la existencia de la obra de Jensen, y se ha dicho que Freud escribió el presente trabajo especialmente para complacer a Jung. Esto acontecía en el verano de 1906, varios meses antes de que Freud y Jung tuvieran su primer encuentro, y por ende el episodio fue el heraldo de las cordiales relaciones que mantuvieron durante cinco o seis años. El estudio de Freud se publicó en mayo de 1907 y poco después él le envió un ejemplar a Jensen. A ello siguió una corta correspondencia, a la que se alude en el “Posfacio a la segunda edición”; las tres esquelas que constituyeron el aporte de Jensen a este intercambio epistolar (datadas el 13 de mayo, 25 de mayo y 14 de diciembre de 1907) fueron publicadas en Psychoanalitysche Bewegung. Estas misivas son de tono muy amable y dan la impresión de que Jensen se sintió alagado por el análisis que realizó Freud de su cuento; incluso parece aceptar los lineamientos principales de su interpretación. En particular, declara que no recuerda haber replicado “con algún desabrimiento” cuando alguien (aparentemente Jung) le preguntó si tenía algún conocimiento acerca de las teorías de Freud.
Dejando de lado el significado más profundo que Freud apreció en la obra de Jensen, no hay duda de que en ella debe haberle atraído especialmente el escenario en que fue situada. Su interés por Pompeya tenía antigua raigambre; en su correspondencia con Fliess lo evidencia más de una vez. Así, como asociación a la palabra “vía” de uno de sus sueños brinda “las calles de Pompeya que estoy estudiando”. Esto ocurría el 28 de abril de 1897, varios años antes de su visita a Pompeya, que tuvo lugar en septiembre de 1902. Sobre todo, lo fascinaba la analogía entre el destino histórico de Pompeya (su sepultamiento y la excavación ulterior) y los fenómenos psíquicos que le eran familiares –el sepultamiento por represión y la excavación del análisis-. Algo de esta analogía le fue sugerido por el propio Jensen, y aquí, como también en otros contextos, Freud se complugo en elaborarla.                 

Al leer este estudio de Freud conviene tener presente el lugar que cronológicamente ocupa entre sus obras como uno de sus primeros trabajos psicoanalíticos. Fue escrito sólo un año después de la primera publicación del historial clínico de Dora (1905) y de los Tres ensayos de teoría sexual (1905). De hecho, insertos en el análisis de Gradiva se hallan no únicamente una síntesis de su explicación de los sueños sino también el primero, quizá, de sus trabajos de divulgación sobre la teoría de la neurosis y la acción terapéutica del psicoanálisis. Es imposible no admirar la habilidad, casi digna de un prestidigitador, con la que extrae un material tan rico  de lo que a primera vista no es más que una anécdota ingeniosa. Pero sería erróneo subestimar el papel que le cupo en el resultado, siquiera inconscientemente, al mismo Jensen.


James Strachey"      

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