A
la edad de 82 años, Carl Gustav Jung brindó una entrevista al Dr. Richard I.
Evans del departamento de Psicología de la Universidad de Houston en 1959.
Es
una conversación apasionante y con sentido del humor por parte del médico
suizo. Evans lo hace transitar por su relación con Freud y por el análisis de
los principales términos del psicoanálisis: el complejo de Edipo, las fases del
desarrollo psicosexual y los sueños.
Cuando
Jung es consultado por el concepto de “persona”, la entrevista entra en el
terreno de la psicología profunda. Jung sostiene que el Edipo es un Arquetipo
descubierto por Freud y que la sexualidad no siempre juega un papel hegemónico
en la actividad psíquica.
Hacia
el final de la entrevista, Jung hace una distinción extraordinaria de los tipos
extrovertido intuitivo e introvertido intuitivo. De verdad, esta entrevista es
una joya. A continuación reproduzco las dos primeras preguntas:
Evans:
…usted estuvo trabajando conjuntamente con el doctor Sigmund Freud. Para muchos
sería de gran interés saber cómo oyó hablar de él y cómo llegó a implicarse en
algunas de sus ideas de trabajo.
Jung:
Bien, de hecho, fue en 1900, en diciembre. Poco después de publicado su libro sobre
la interpretación de los sueños, mi superior, el profesor Dr. Bleuler, me pidió
que hiciera una reseña acerca del libro. Estudié el libro con mucha atención y
no entendí muchas de las cosas que decía. Me sonaba extraño. Pero tuve la
impresión de que ese hombre realmente sabía de qué estaba hablando. Y pensé:
“esto es sin duda una obra maestra, llena de futuro”. Por entonces, yo no tenía
ideas propias, sólo era candidato para hacer carrera como ayudante en la
clínica psiquiátrica. Y entonces empecé con psicología experimental o
psicopatología. Apliqué el método de asociación experimental que Wood había
aplicado en la clínica psiquiátrica de Kraepelin, en Münich y obtuve
resultados. Esa reacción tras reacción a una serie de palabras, no tiene mayor
interés. Lo interesante era porqué algunos no reaccionaban ante ciertas
palabras o de una manera totalmente inadecuada. Y entonces empecé a estudiar
esos momentos donde la atención o la capacidad, aparentemente, de esa persona
empezaban a desaparecer. Y de pronto descubrí que la gente pensaba en asuntos
íntimos y personales o que tenían en la mente aunque momentáneamente no
pensaran en ellos, es decir, cuando no eran conscientes. Sin embargo, venía una
inhibición del inconsciente que les hacía difícil expresarse. Y entonces,
examinando todos esos casos, muy cuidadosamente, vi que se trataba de lo que
Freud llamó “represiones”. Y también vi lo que quería decir con
“simbolización”. Y entonces escribí un libro sobre la psicología de la dementia
praecox, ahora llamada esquizofrenia, y le
envié el libro a Freud y le hablé de mis experimentos de asociación y cómo
confirmaban su teoría hasta el momento. Así es como empezó mi amistad con Freud.
Evans:
Una de las ideas fundamentales de la teoría psicoanalítica original era la concepción
freudiana de la líbido como una energía sexual psíquica.
Jung:
Verá, al principio, yo tenía, naturalmente, ciertos prejuicios contra esa idea
y después de un tiempo las superé. Pude hacerlo debido a mi formación
biológica. Y no pude negar la importancia de los instintos sexuales. Pero más
tarde me di cuenta de que estaba muy equivocado. Porque el hombre no está solo
gobernado por el instinto sexual, hay otros instintos también; por ejemplo, en
biología, el instinto nutricional es tan importante como el sexual. O en
sociedades primitivas, la sexualidad tiene un papel menor que la comida. La
comida es el deseo más grande. El sexo, lo pueden tener en cualquier momento,
no son tímidos. Pero la comida es difícil de obtener. Y, por tanto, es el mayor
interés. En otras sociedades, por ejemplo, el poder tribal es más importante
que la sexualidad. Por ejemplo, hay muchos hombres de negocios que son
impotentes, porque toda su energía va dirigida a hacer dinero, o a dictar leyes
para todo el mundo. Les interesa más que las relaciones con las mujeres.
El
“inferior” Adler, el más joven, el más débil, a él naturalmente, le interesa el
poder. Él quería ser el hombre de éxito. Freud era el hombre de éxito, estaba
arriba y sólo le interesaba el placer, el principio del placer. Mientras que
Adler estaba interesado en el poder.
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Existe el registro fílmico de la entrevista completa. Haz click aquí
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