El análisis psicológico más serio que se ha hecho en torno a la figura de Adolf Hitler, es el que aparece en el libro ANATOMÍA DE LA DESTRUCTIVIDAD HUMANA de Erick Fromm (el mismo de El arte de amar). Reproduzco a continuación un trozo:
"¿Cuáles eran sus dotes y talentos? El mayor talento de Hitler era su facultad de influir en los demás, de impresionar y persuadir. Hemos visto cómo tenía esta habilidad desde pequeño. La reconocía y practicaba en su papel de jefe de las pandillas juveniles que jugaban a la guerra; después en su relación con Kubizek, su primer partidario verdadero; luego con los huéspedes del Mannerheim en Viena. Poco después de la revolución, en 1919, sus superiores militares le dieron la misión de convertir a los soldados a las ideas de derecha y de despertar en ellos odio contra los revolucionarios. Se entrevistó con el pequeño e insignificante grupo del Partido Obrero Socialista (cincuenta miembros) y en el año logró convertise en el jefe indicutido del partido, al que rebautizó con el nombre de Partido Obrero Alemán Nacionalsocialista, cuya constitución modificó, y fue reconocido como uno de los oradores más populares de Munich." (p. 297)
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