miércoles, 28 de noviembre de 2012

Charcot, por él mismo

 
 
 
 
“No era Charcot un pensador,
sino una naturaleza de dotes artísticas, o,
como él mismo decía, un visual.”

Freud, 1893


Las Obras Completas de S. Freud bajo la traducción del Dr. Luis López Ballesteros comienzan con el breve escrito que dedicara Freud a su maestro y mentor Jean Martin Charcot. Se trata de una nota necrológica del creador del psicoanálisis fechada en agosto de 1893. El escrito sólo lleva por título CHARCOT (1893) y es prologado por Ballesteros como reproduzco a continuación:

“De acuerdo con el sentido histórico que queremos dar a esta edición de las Obras Completas de Freud, colocamos en cabeza de los trabajos esta nota sobre Charcot, escrita por Freud el mismo mes del fallecimiento del gran maestro de la neurología francesa.

A París acudió, en primer lugar, Freud en 1885 para estudiar Neurología, atraído por la fama de Charcot. Una ocasión se presentó en que pudo ofrecer sus servicios como traductor al alemán de las lecciones del gran maestro, y esto le sirvió para penetrar en su intimidad y participar activamente en los trabajos de la clínica de La Salpetriére. La impresión que Charcot produjo en Freud queda bien patentizada en estas páginas.”         

Es interesante el dato que nos da Ballesteros cuando dice que Freud tradujo al alemán las lecciones de Charcot. Surge la duda sobre si se habrá hecho la traducción al español o al inglés de estos escritos. Hay muy poco material disponible “de primera mano” de Charcot. Freud en el escrito menciona los nueve tomos de las Obras Completas del médico francés, sin que al menos yo tenga noticia de ese material.

A lo largo del escrito, se hace una revisión bastante exhaustiva de la vida de Charcot y de sus merecimientos como investigador. Charcot se maravillaba ante los fenómenos que observaba en sus pacientes y se esforzaba por legitimarlos científicamente. No importaba si iban a la par con los presupuestos teóricos de la medicina. Este método lo ayudó a esclarecer una enfermedad muy en boga como es la esclerosis múltiple y a transformarse en un descriptor y ordenador de hechos clínicos que no habían sido comprendidos hasta ese momento.

Charcot fue autor de su propia revolución al dar crédito a las mujeres histéricas y descartar como etiología a la simulación. Por fin la histeria adquiría un estatus médico y salía del oscurantismo que la rodeaba. 
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