Este breve escrito -publicado originalmente en la revista Imago-, impresiona por su belleza y cuidado en la redacción. Esto no es sorpresa en un autor como Freud. Sus escritos posteriores al año treinta son considerados canónicos porque entregan una versión integrada del psicoanálisis sobre las más diversas temáticas. En este caso, probablemente motivado por los trabajos de Otto Rank acerca del mito, el creador del psicoanálisis se ocupa de interpretar el mito clásico de Prometeo Encadenado y de sacar algunas conclusiones útiles y necesarias al debate.
La principal tesis del artículo sostiene que: Para la conquista del fuego, el hombre primitivo debió renunciar a la tentación de apagarlo con su propia orina. Para sustentar este postulado, se vale del mito de Prometeo y de dos mecanismos que participan en la elaboración de los sueños: la representación simbólica y la sustitución por lo contrario. Las deformaciones del mito en relación a los hechos históricos son de la misma índole que la deformación onírica. Cabe agregar que esto es un descubrimiento que compete exclusivamente al psicoanálisis y a su creador el Dr. Freud. En la obra La Interpretación de los Sueños se explica la censura o alteración que sufren los contenidos inconscientes para su posterior emergencia en los sueños con motivos que aparecen reñidos con la lógica convencional. La deformación se efectúa mediante una serie de mecanismos que son coincidentes con la distancia que media entre el hecho histórico y el mito compuesto normalmente por fenómenos fantasiosos similares a los del sueño.
Freud desglosa el mito de Prometeo resaltando tres aspectos que en su opinión son interpretables en términos psicoanalíticos:
1) El medio que utiliza Prometeo para transportar el fuego
2) La naturaleza de su acto catalogado como un robo y una afrenta a los dioses y
3) El castigo que sufre luego de su acto.
1) Prometeo roba el fuego a los dioses y lo transporta en un bastón hueco. El bastón es claramente una imagen fálica donde al aplicar el mecanismo de sustitución por lo contrario, tenemos un bastón cargado de agua (orina).
2) El héroe Prometeo representa la irrupción de la cultura en los instintos básicos representados por los dioses del Olimpo. Los dioses pueden ser homologados al Ello porque representan todos los apetitos privados a los hombres, como por ejemplo el incesto. Es sabido por la tradición helénica que los dioses practicaban el incesto y que daban rienda suelta a sus deseos más instintivos. Entonces Prometeo obra a favor de los hombres y en claro detrimento de los dioses, desatando su cólera.
3) Por último, nuestro héroe es castigado por Zeus de la siguiente forma: se le encadena y se pone un buitre a devorar su hígado. El hígado representa lo instintivo en el hombre y se pone a un pájaro a comerlo. Prometeo encarna los orígenes de la civilización porque entrega el fuego a los humanos y se sacrifica por ellos al punto de recibir toda la cólera de los dioses. No es casual que el castigo involucre a aquel órgano relacionado con el placer y la concupiscencia. Freud ya había dicho en anteriores trabajos que toda conquista cultural involucra el sacrificio de los instintos más primigenios.
Visto como se presenta, el artículo puede parecer algo esquemático para el lector. Por esto recomiendo su lectura directa porque Freud integra más elementos para justificar una tesis que abarca factores de tipo históricos, antropológicos, míticos, folclóricos, oníricos y fisiológicos. Además lo hace con su particular y elegante estilo de escritura, por lo cual la invitación es a leer a un Freud en todo su esplendor.-
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