Use every man after his dessert, and who should scape whipping?
Hamlet II,2
Duelo y melancolía es un escrito clásico de Freud y que en palabras de James Strachey, puede ser considerado una continuación de Introducción al Narcisismo (1914). Por primera vez se desarrolla acá un abordaje metapsicológico del duelo y la melancolía para explicar dos posibles destinos de la líbido en el caso de una pérdida significativa. Freud era un hombre riguroso y antes de publicar el escrito definitivo consultó con Karl Abraham y presentó un esbozo del trabajo en la Sociedad Psicoanalítica de Viena.
La lectura es fascinante porque tenemos a un Freud seguro de su teoría y utilizando las herramientas de las cuales disponía en ese momento y que no eran pocas. En 1915 la teoría psicoanalítica estaba en franco desarrollo y en vías de dar forma a la Segunda Tópica del aparato psíquico. La primera tópica ya resultaba algo insuficiente para explicar entidades nosológicas complejas como son el duelo y la melancolía. Leer el escrito ayuda a comprender porqué se hizo necesaria la confección de una segunda tópica compuesta por un Ello, un Yo y un Superyó.
Duelo y melancolía prefigura la existencia del Superyó en el sentido de definir una instancia que cobra independencia del yo, al punto de juzgarlo desde el punto de vista moral. En el artículo, Freud lo llama conciencia moral y lo considera una de las grandes instituciones del yo. El melancólico siempre se mortifica a sí mismo con sentencias que normalmente no guardan mayor relación con su personalidad: "Soy un tonto", "No sirvo para nada", "Siempre me pasa lo mismo", "Tengo mala suerte". Son cosas que repiten una y otra vez y ante las cuales no expresan ningún pudor. Esto los diferencia de los afectados por un duelo o pérdida real donde no se observa una sub valoración o empobrecimiento del propio yo.
Freud siempre piensa su teoría a partir del examen de la realidad y en el caso del duelo y la melancolía existe un punto de partida común: la pérdida. Para el caso del duelo se trata de una pérdida concreta como es el fallecimiento de un ser querido y para el caso de la melancolía, la pérdida puede pertenecer al ámbito de lo simbólico, por ejemplo: la pérdida del amor por parte del ser querido. Hasta aquí las diferencias desde lo fenomenológico y descriptivo entre estas dos entidades clínicas.
El escrito se centra principalmente en el análisis de la melancolía, categoría que en tiempos de Freud incluía a todas las formas de depresión existentes, incluido el trastorno bipolar o psicosis maníaco depresiva. En la melancolía se produce una identificación narcisista con el objeto perdido. Es decir, el menoscabo y las críticas que se hace el yo a sí mismo, corresponden a las características que reprobamos en el objeto amado. Por esto decimos que la depresión es un sentimiento de rabia hacia lo que perdimos. Freud dice:
"La sombra del objeto cayó sobre el yo..."
Es un caso donde la ambivalencia hacia el objeto amado cobra una relevancia tal, que el yo regresa o regresiona hasta la primera forma de identificación denominada fase oral del desarrollo psicosexual. Este anexo criticón del yo se ocupa de mortificarlo por cosas que no son de él, son del objeto amado.
Duelo y melancolía es un escrito difícil para un lego en la materia porque Freud se da en la tarea de explicar la melancolía desde los puntos de vista teórico, dinámico y económico. Además establece relaciones con otros cuadros psicopatológicos como la histeria, la neurosis obsesiva y la manía. Por último también considera los puntos de vista de otros autores como Rank, Abraham y Landauer. Sin embargo, recomiendo su lectura.-
No hay comentarios:
Publicar un comentario