domingo, 1 de marzo de 2020

Freud y los Chilenos (2015)

"Freud y los Chilenos" de Mariano Ruperthuz es el libro que me hubiera gustado escribir. A quienes somos amantes de las tradiciones y el folclor nacionales, nos hacía falta este libro. Más que hacer una síntesis de cada capítulo, pienso hacer un comentario de la obra como un todo. 

Ruperthuz sorprende con un abordaje novedoso y sobre una temática novedosa. El tema son los orígenes del psicoanálisis en Chile y el abordaje rompe con lo que su autor llama MITO DE ORIGEN del psicoanálisis. Freud en su escrito Contribución al movimiento psicoanalítico (1914) hace una revisión histórica de su teoría y -en palabras de Mariano Ruperthuz- da origen a un mito sobre los orígenes del psicoanálisis. Se presenta como único y solitario creador del modelo y tal como un héroe griego, debe enfrentar el rechazo y los prejuicios de una sociedad conservadora y donde la sexualidad era un tema tabú. 

No se discute su autoría y que debió luchar para ser escuchado pero la tesis central de este libro dice que se omitió una parte importante de la historia. No se considera la rápida difusión que tuvieron las ideas freudianas en otras latitudes, como por ejemplo Latinoamérica y Chile. Este libro explica cómo se adoptó el psicoanálisis en Chile y durante un periodo determinado de tiempo.  

Se abarca un periodo específico de la historia entre los años 1910 y 1939. La primera fecha corresponde a la presentación del Dr. Germán Greve en Buenos Aires de su trabajo titulado: Psicología y psicoterapia de ciertos estados angustiosos. Esta ponencia -por primera vez en Sudamérica- utilizaba los presupuestos del psicoanálisis para explicar algunos estados psicopatológicos y es tomada como punto de partida del libro.

La fecha de 1939 corresponde a la fundación por Ignacio Matte Blanco de la Asociación Psicoanalítica Chilena (A.P.CH.) y con el reconocimiento de la Asociación Psicoanalítica Internacional (I.P.A.) Este hecho marca el inicio de la historia oficial del psicoanálisis en Chile. Los hechos anteriores a esta fecha constituían sólo rudimentos o intentos de un psicoanálisis en estado salvaje. Ruperthuz demuestra que aquella prehistoria del psicoanálisis fue de gran importancia para el asentamiento de las ideas de Freud en el país como complemento a las políticas de salud pública y educación.

En Sudamérica, Brasil y Argentina fueron pioneros en adoptar el pensamiento psicoanalítico y posteriormente lo hicieron Perú y Chile. De forma irregular y por vías a veces no oficiales, el pensamiento freudiano se instaló en estos países en lo que se llama una "apropiación cultural". Esto se refiere a que los países tomaron las ideas de Freud en consonancia con su cultura y tradiciones y no de forma importada, tal y como nacieron en Viena. En el fondo el libro abre una discusión epistemológica acerca de cómo un sistema de creencias como el psicoanálisis se torna un factor cultural en cada país.

Veamos qué pasó en Chile. A principios del siglo XX existía la creencia acerca de una supuesta raza chilena. Esto desató un sentimiento nacionalista que consideró apropiado tomar ideas probadas de la ciencia para ser aplicadas a la realidad nacional. Teorías evolucionistas y hereditarias provenientes de la ciencia positivista dieron respuesta parcial a problemas de salud pública y educación que aquejaban al país. La degeneración de la raza era producto de factores hereditarios y esto explicaba fenómenos no deseados como el aumento de la delincuencia, el alcoholismo y las enfermedades de transmisión sexual. Gobernar era equivalente a corregir estas desviaciones y educar a la población en su conducta moral.   

En un escenario con estas características, las ideas freudianas fueron asimiladas para instruir a la población sobre temas de higiene y sexualidad. El psicoanálisis debió convivir con otros abordajes y entregar una cuota de esperanza a los problemas de la época. Ahora el demonio estaba en cada uno de nosotros como un inconsciente o reservorio de pulsiones insatisfechas. Esto hacía proclive a cualquier persona de caer en la degeneración.

El Estado asumía la responsabilidad de educar a la población inculta sobre su sexualidad y sus instintos malignos. Había que educar las pulsiones por medio del mecanismo de la sublimación y así reconvertir esa líbido en una actividad creativa y con mérito social. De esta forma el psicoanálisis pasó a ser un dispositivo que entregó respuestas plausibles de ser aplicadas a lo que hoy se llamarían Temas País. La salud, la educación y la criminología se nutrieron de los conceptos freudianos en un fenómeno con consecuencias antropológicas y que no se dio en Europa ni Estados Unidos.

Recomiendo leer este excelente estudio que marca un giro en cómo entendemos el psicoanálisis porque nos muestra un aspecto desconocido sobre su difusión. A partir de datos dispersos y poco visibles se construye una genealogía original de este sistema de ideas y creencias transnacional que es el psicoanálisis.-     





       

    

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