El hospital de La Salpêtrière en París es un lugar mítico
para la psiquiatría y el psicoanálisis. Personalidades de la talla de Philippe
Pinel, Jean Esquirol, Paul Richer, Jean-Martin Charcot y Pierre Janet han
pasado por este hospital público construido en el siglo XVII. Originalmente
pensado para albergar a los pobres y vagabundos de la ciudad, estaba dividido
en tres secciones: niños, hombres y mujeres. En tiempos antiguos, este hospital
era utilizado como albergue, cárcel y centro de atención médica.
Durante el siglo XIX se convirtió
en el principal bastión de la neurología y la psiquiatría. Lo innovador de sus
procedimientos y las líneas de investigación que se desarrollaban, hicieron de
este lugar, casi un “santuario” para los especialistas. Freud también se sintió
atraído por las cosas que se estaban haciendo en La Salpêtrière y a finales de 1885 viaja para
seguir unos cursos dictados por el famoso médico Jean-Martin Charcot.
EL TEATRO DE CHARCOT
Las lecciones de los días martes
dictadas por Charcot en el viejo hospital generaban gran interés en la
comunidad científica y también en la población general. Charcot hipnotizaba a
una paciente en presencia de todos y le inducía -mediante sugestión- algún
síntoma para que todos lo vieran; podía ser un tic nervioso, una postura
estereotipada o insensibilidad en alguna parte del cuerpo. Todos se asombraban
con lo que veían, incluido un joven Freud, quien de vuelta en su Viena natal
adoptaría a la hipnosis como herramienta terapéutica.
Charcot era un médico muy
respetado en el ambiente de aquel entonces, aunque tenía varios detractores. Sus
clases, poco a poco fueron perdiendo seriedad y ya al final, parecían un
espectáculo circense. Charcot no utilizaba a la hipnosis como medio de sanación
porque suponía que para ser sugestionable, sólo había que estar gravemente
enfermo de los nervios. Él suponía que una persona sana mentalmente no podría
ser hipnotizada. El estado de trance era considerado como una neurosis con su
propia sintomatología y con existencia paralela a la enfermedad nerviosa del
paciente. Las clases sólo estaban destinadas a demostrar el poder de la
sugestión sobre personas gravemente enfermas y a la producción de novedosos y
variados síntomas.
Charcot sostuvo un arduo debate
con la Escuela de Nancy acerca de sus descubrimientos. Es lo que se conoce como
la “polémica Salpêtrière – Nancy” sobre el estatuto de la hipnosis. Los conceptos
de este médico eran adelantados para su época y por lo mismo producían mucho
escozor en algunos sectores. Charcot cometió grandes errores pero también
facilitó mucho el desarrollo de la psicología y el psicoanálisis. Entre sus
aciertos se encuentra por ejemplo, el descubrimiento de que la histeria no
afectaría solamente a las mujeres. Otro gran acierto fue suponer que la
histeria siempre tenía una etiología relacionada con la sexualidad del enfermo.
Charcot siempre decía: la sexualidad, siempre la
sexualidad para referirse a las causas de los desequilibrios que sufrían
sus pacientes histéricas.
Excelente!!...gracias por toda la información compartida.
ResponderEliminarGracias a Ud. saludos
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